España, la potencia regasificadora de Europa

La crisis energética europea, en concreto el corte de suministro de gas ruso, ha llevado a la Unión a tomar medidas para asegurar el suministro energético de los Estados miembros. Ante la preocupante situación en un mercado tan esencial como el energético, la Comisión Europea ha propuesto un plan energético que cuenta con la diversificación de proveedores y acudir a otras fuentes de gas como uno de sus puntos principales.

España cuenta actualmente con 6 plantas regasificadoras en funcionamiento, lo que la convierte en la mayor potencia de almacenamiento de la Unión Europea. El plan energético de la Comisión Europea contempla aumentar las importaciones de gas licuado a países como Qatar, Estados Unidos y Egipto, por lo que nuestro país será un punto estratégico y podría convertirse en un nuevo «hub» energético.

Plantas regasificadoras en España

La primera planta de almacenaje construida en España se remonta al año 1969. Ocupando una superficie de 160.000 m2, la planta del Puerto de Barcelona posee seis tanques con capacidad de almacenaje de 540.000 m3 de GNL y una capacidad de regasificación de 1.800.000 m3 /h de gas natural.

En 1985 se comenzó la construcción de la segunda planta regasificadora en Huelva. Tres años después, en 1988 la infraestructura de 184.000 m2 entró en funcionamiento. Cuenta con cinco tanques, y una capacidad total de almacenamiento de 619.000 m3 de GNL y una capacidad de regasificación de 1.350.000 m3 /h de gas natural.

La planta de Cartagena se inauguró en 1989. Al igual que la planta regasificadora de Huelva, cuenta con 5 tanques y una capacidad de almacenamiento total de 587.000 m3 de GNL y una capacidad de regasificación de 1.350.000 m3 /h de gas natural.

Entrando ya en el nuevo siglo y el auge del sector de la construcción previo a la crisis del 2008, se construyeron otras tres plantas de regasificación. En 2003 se inauguró la planta de Bilbao, con tres tanques y una capacidad de almacenamiento total de 450.000 m3 de GNL y una capacidad de regasificación de 800.000 m3 /h de gas natural.

La planta de Sagunto entró en funcionamiento en 2006, contando con 4 tanques, una capacidad de almacenamiento total de 600.000 m3 de GNL y una capacidad de regasificación de 1.000.000 m3 /h de gas natural.

Por último, en 2007 se inauguraba la planta de Mugardos. Esta planta cuenta con tan solo 2 tanques, una capacidad de almacenamiento total de 412.000 m3 de GNL y una capacidad de regasificación de 300.000 m3 /h de gas natural.

Tabla propia elaborada con datos de Enagás 2020.

Aumento de la demanda de GNL

La Unión Europea asegura que cerca de 2/3 de la dependencia europea del gas ruso podrían reducirse a corto plazo si se aumentasen los proveedores de gas y su forma de importación. Ante estos datos y el plan energético de la Comisión Europea, la demanda de gas natural licuado en toda Europa se ha disparado para hacer frente al corte de suministro ruso y con el objetivo de avanzar en la independencia energética europea.

En el contexto europeo, Según datos de CEDIGAZ, la importación de GNL europea desde enero a mayo de 2022 aumentó un 66% con respecto al promedio anual de 2021. Este aumento europeo de la demanda de GNL ha convertido a Estados Unidos en el mayor exportador de gas licuado del mundo. Hasta 2021, Asia era el mayor importador del GNL estadounidense, pero tan solo en los cuatro primeros meses de 2022, el gigante americano exportó el 74% de su GNL a Europa, un aumento del 34% según Natural Gas Monthly.

En cuanto al aumento de importaciones de GNL en España, de acuerdo con el Boletín Estadístico de Gas publicado por Enagás, de los 263.432 GWh de gas natural importados de enero a julio de 2022, el 72% procedía de gas licuado. Se alcanzaron así los 192.200 GWh de importaciones de GNL en España, un aumento del 72.1% respecto a 2021. Por último, como dato más reciente en cuanto a gas licuado, el pasado mes de julio las importaciones de gas natural licuado han aumentado un 113.8%, alcanzando los 26.448 GWh en un mes.

Desafíos del GNL

La importación de GNL resulta el método más viable a corto plazo para reducir las importaciones rusas y evitar los cortes de suministro energético. Sin embargo, la importación de gas natural licuado tiene varios inconvenientes y retos que solventar.

Proceso complejo

En primer lugar, el gas natural en estado gaseoso debe someterse a un proceso físico llamado licuefacción para poder ser exportado en forma de gas natural licuado. Por lo que su primer inconveniente es el aumento de precio respecto al gas natural gaseoso debido al sobrecoste que supone al país exportador esta trasformación.

En segundo lugar, los países importadores de GNL deben someter al gas al proceso contrario, regasificación, para su uso y transporte por gasoducto a las centrales eléctricas. Como puede observarse en la imagen, el proceso de regasificación pasa por diferentes fases.

Infraestructura

El proceso de regasificación requiere de una potente infraestructura para poder llevarse a cabo. Actualmente Europa cuenta con 49 plantas regasificadoras entre los Estados miembros de la Unión y Reino Unido. Sin embargo, aproximadamente el 50% de estas plantas regasificadoras se encuentran en España, Portugal y Reino Unido.

Se trata de construcciones con un gran coste económico, pero que son necesarias para la diversificación de proveedores gasistas a corto plazo, pues la infraestructura de gaseoductos supone una mayor inversión de recursos y tiempo.

Interconexión europea

El aumento de las interconexiones energéticas europeas facilita la diversificación del suministro de energía y abre la puerta de Europa a nuevos proveedores. Una red de conexiones energéticas eficiente debería trasportar como mínimo una décima parte de la producción eléctrica nacional. Los planes planteados por Bruselas tenían como objetivo alcanzar un nivel de interconexión del 10% para el año 2020, pero este objetivo no fue cumplido. Por ese motivo, sumado a la crisis energética del continente, es necesario que se incremente el objetivo de interconexión de un 10 a un 15% para el año 2030.

En 2022, el nivel de interconexión europea no ha alcanzado el 10%. La periferia de la Unión apenas cuenta con conexiones internacionales. Teniendo en cuenta que el 50% de la capacidad de almacenamiento de GNL se encuentra en la periferia europea (España, Portugal y Reino Unido), y sus conexiones con el centro y norte de Europa son deficientes, es necesario aumentar esta interconexión para poder mover grandes cantidades de GNL hacia los Estados miembros con poca capacidad de almacenamiento.

Esta problemática se contempla actualmente en el plan RepowerEU, que cuenta con financiación europea para aumentar la inversión en infraestructura tanto de almacenamiento de GNL como de interconexiones energéticas.

España como hub energético en Europa

España es el mayor importador de GNL de Europa, ya que cuenta con 6 plantas regasificadoras y una capacidad de almacenamiento superiora 3.000.000 m3. Con la reciente crisis energética y las tensiones entre la Unión Europea y Rusia aumentando constantemente, España podría convertirse en el principal almacén de gas para Europa, sustituyendo a Rusia.

Según los datos de Gas Infraestructure Europe, la península ibérica cuenta con el 35% de la capacidad de regasificación europea, es decir, un tercio del gas necesario para Europa podría ser almacenado en España.

Además, aparte de encontrarnos a la cabeza en número de plantas, también estamos a la cabeza en capacidad de almacenamiento de GNL y vaporización, con el 38% y el 32% del total respectivamente.

Los recientes planes del aumento de infraestructura de RePowerEU dedicada a las interconexiones europeas podrían suponer que España dejase de ser una isla energética y convertirse en un hub energético para el continente.

Ante las posibilidades de comercio energético que supone tal capacidad de almacenamiento de gas natural licuado, países como Alemania ya han expresado sus expectativas de cooperar con España como proveedor de gas. “Sabemos que España se abastece no sólo del norte de África, sino también de sus siete plantas de gas natural licuado. Alemania no tiene ninguna, por lo que hay un gran potencial para cooperar en este punto y sobre eso hemos intercambiado opiniones» declaró el ministro de finanzas alemán, Christian Lindner, en una rueda de prensa realizada el pasado marzo.

El GNL resulta la solución más factible a corto plazo para evitar una crisis energética en el continente. Aunque la Unión Europea aún tiene retos por delante en cuanto a poder sustituir el gas procedente de Rusia en estado gaseoso por GNL, el aumento de la demanda de gas licuado indica una importante oportunidad que España debería aprovechar.

 

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